Os dejo un cuento para irnos a dormir, en el fondo a todos nos gustaría que nos contasen un cuento ¿o no?... ¡Buenas noches amigos invisibles!. "Cruzando el desierto, un viajero inglés vio a un árabe muy pensativo, sentado al pie de una palmera. A poca distancia reposaban sus camellos, pesadamente cargados, por lo que el viajero comprendió que se trataba de un mercader de objetos de valor, que iba a vender sus joyas, perfumes y tapices, a alguna ciudad vecina. Como hacía mucho tiempo que no conversaba con alguien, se aproximó al pensativo mercader, diciéndole: - Buen amigo, ¡salud!… pareces muy preocupado. ¿Puedo ayudarte en algo? - ¡Ay! – respondió el árabe con tristeza - Estoy muy afligido porque acabo de perder la más preciosa de las joyas. - ¡Bah! – respondió el inglés - La pérdida de una joya no debe ser gran cosa para ti, que llevas tesoros sobre tus camellos, y te será fácil reponerla. - ¡¿Reponerla?!… ¡¿Reponerla?! – exclamó el árabe - Bien se ve que no cono
"... porque he decidido que no me voy a contagiar de tanto pesimismo y de tanta gente tóxica, porque creo firmemente en lo sencillo y que en las pequeñas cosas está la magia y especialmente porque creo que la vida es un regalo que vale la pena disfrutar. Por eso y por mucho más no me acostaré sin escribir al menos una cosa buena al día, algo que aunque parezca insignificante, es positivo, y vale la pena recordar. Abramos los ojos a tantas cosas maravillosas y enriquezcámonos con ellas."