la magia de lo sencillo

Todos tenemos recuerdos positivos de nuestra infancia que cuando los pensamos se nos aflora una sonrisa involuntaria en nuestra cara: aquella tarta de manzana casera, el patio donde jugábamos, el viejo sofá, nuestros juguetes, los primeros amigos..., estoy segura que darnos "un paseo" por esos buenos momentos y permitirnos recordar, dejándonos envolver por los sentimientos, las caricias e incluso el aroma de aquellos instantes, puede ser una gran oportunidad para disfrutar... #46 recordar y volver a sentir aquellos momentos únicos de nuestra infancia que tan felices pudieron hacernos.

Quizá no sea algo que habitualmente hacemos, generalmente nuestros días los pasamos sentados en la oficina, en casa, en el coche, caminamos de un lado a otro intentando resolver las múltiples obligaciones que se nos presentan cada día. Algunos pocos afortunados paran y se bajan de este ritmo y hacen algo diferente que sin duda ayuda a nuestro cuerpo y a nuestra alma. Por ejemplo: ¿desde cuándo no ponemos música en casa y bailamos?, oír la música, sentirla y dejar que nuestro cuerpo se mueva al ritmo... ¡qué gran placer!, ¿no te parece?. Hoy propongo directamente... #45 bailar ;) Besos.

En la mayor parte de las ocasiones mientras caminamos por la calle, miramos hacia adelante sumidos en nuestros pensamientos, con el tiempo en contra y aprovechando el momento para ir organizando el día o haciendo la lista de la compra. Son pocos los casos en los que disfrutamos del paseo y menos veces aún las que nos detenemos un momento a mirar al cielo, contemplarlo en su máxima plenitud, mirando las nubes, los pájaros que lo atraviesan u observar ese color azul tan suave, es algo que no solemos hacer. Por eso mi propuesta sencilla es... #44 mirar al cielo con el alma bien abierta y sumergirnos en su inmensidad.